Escrito perdido de una chica guapa...


Realidad o ficción, es tu elección.
19 de abril de 2020

Todo empezó porque ella no había escrito tan tarde o tan temprano, en un día de la cuarentena que ya no sabe cuál es. En definitiva, han pasado un montón de días que parecen en realidad, como uno solo. Ella había hablado muy seguido con alguien que podria convertirse en su marido algún día, aunque puede ser en serio o bromeando con lo absurda que es la vida, no lo encuentra tan lejos de su mente. 

Normalmente piensa en él, pero no como  pensaba en el otro él. Ni sabe como ese otro estará viviendo fuera del país. Pero ella quería comentar que no sabe como tomar un relato que le enviaron sobre una chica guapa en la ciudad; que le ha enviado el primer él, hace unos días y por el cual no supo como responder ante eso. Le dijo que le daba las gracias por compartirlo y que se sentía identificada. Pero en realidad creo que él no sabia como decirlo sin que saliera de su boca directamente, aun le cuesta creer que lo haya hecho de esa manera, parece que quería decir muchas cosas que le inspiraba seguramente, pero no sabia como hacerlo pero fue inteligente; justo por esos días habia cambiado una foto de perfil donde muchos le dijeron que se veía guapa, en fin. No duró mucho porque le cuesta estar contenta en épocas de encierro. No lo había escuchado completo, pero se llama una chica guapa en la ciudad. De Charles Dickens (es Bukowski). Para ser sincera, le da miedo escuchar alguna confesión entre líneas, la primera vez que lo escuchó solo lo hizo por cinco minutos y fue suficiente para saber que alguien se le estaba declarando de la manera en que a ella le gusta. Nadie, o muy pocos suelen recurrir a los libros y a los poemas, comprendiendo la sutilidad que hay en cada una de las palabras para ser tan significativas y profundas cuando están particularmente dedicadas a alguien. Pocos entienden, se malinterpretan las palabras o peor aún, se ignoran. 

Luego de unas semanas, la curiosidad de conocer el resto de la historia y su fin, ella decidió escucharlo completo, y se sorprendió al enterarse que la chica del poema se había suicidado; porque su cruel destino la había condenado a ser una guapa del montón a pesar de que el escritor le dijera cuanto significaba para ella, y que nadie más que ella misma debía saberlo y no los demás, quienes eran el resto que se creían con derechos sobre ella. Como si la opinión de otros, fuera un factor que definiera nuestra misma existencia y sus desconocidas rutas. Finalmente, no había vuelta atrás, esa fue la condena y decirle lo bonita que era, y a veces simplemente sucede que decir nada, callarse y contemplar  ayuda a que otros sobrevivan más de la cuenta. Pero al ser una historia escrita o narrada, igual iba a morir, así lo dispuso el autor, y así lo dispone la vida misma. Una vida, que en tiempos presentes nos conduce a reducirnos a estereotipos bellos y efímeros para agradar, a quién no conocemos.


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