Bauhaus, una conversación de arquitectos y habitantes.


Reflexión y reseña...
19 de abril de 2020 - Versión editada.

En medio de todo esto, habia visto una película inspiradora sobre la Bauhaus (un movimiento que surgió en la Escuela de Artes en Weimar sobre diseño, calidad y producción del arte y la arquitectura que influyó en el Movimiento Moderno en Alemania) y, es todavía más emocionante cuando la protagonista es la mujer, que es artista y luego arquitecta. A través de ella y su historia, se puede percibir todo el impacto artístico, social y político, de lo que la sociedad joven en progreso pretendía y con ayuda del director de la escuela, el arquitecto Walter Gropius (uno de los propulsores del Movimiento Moderno). Como siempre, hubo oposición por las nuevas ideologías, y también por ser mujer y participar en medio del machismo y finalmente, que todos los esfuerzos terminaran en la Segunda Guerra Mundial. Todo se había ido al carajo por unos largos y oscuros años. Para los alumnos exiliados de la Bauhaus, solo les quedaba huir del terror de los Nazis y su exterminio imperdonable. Al menos, ellos lograrían llevar ese pensamiento fresco y vigente, a otras partes del mundo, que estuvo siempre en constante proceso de experimentación, y que ahora todos de alguna manera agradecen. 

Por otro lado, todo cobra sentido cuando rememoro mi visita a Stuttgart, estaba emocionada por escribir como había sido mi aproximación con aquellas casas que harian parte de un experimento residencial y arquitectónico de la Escuela de la Bauhaus; y es allí, donde dejando a un lado los resentimientos históricos, puedo decir que admiré a los alemanes por alcanzar tal nivel de intelectualidad, reflexión y eficiencia sobre el diseño colectivo y accesible, para todas las clases. Es una contradicción total para lo que después sucedió. No obstante, insisto que el rol de la mujer fue reconocido, no como se esperaba en ese entonces pero si ahora, cuando hay publicaciones sobre ellas en su paso por la escuela de la Bauhaus. Ellas eran admitidas y toda creación era vista como el resultado artístico de un individuo como cualquier otro que reflexiona incluso desde las tareas domésticas, y también con mayor cuidado porque conocen la rutina y la cotidianidad de la vivienda. Desde esta perspectiva, la participación de la mujer es un tanto innovadora y práctica. Es haberle dado a ellas, la oportunidad de proyectar para otros a través del mobiliario, las obras de arte y de las operaciones formales de la arquitectura. 

La película en si, evoca sentimientos de identidad siendo yo una mujer que está en ese medio, y para otros un reconocimiento y un legado histórico que por su aniversario de cien años debía ser relatado, y nada mejor que contar una historia, la historia de la Bauhaus por medio de una autobiografía, porque se inspiró en la vida y obra de la diseñadora Alma Siedhoff-Buscher. Una alumna que pasó por las instalaciones de la Bauhaus.  Al fin, la sociedad estaba entendiendo que el papel de la mujer se había relegado una figura doméstica que aún asi, podría ser más productiva incluso estando allí para dar mejores ideas de cómo habitar una casa. 

Hace 100 años se gestó todo y se sembró como el germen del pensamiento cambiante, incluyente y revolucionario. Solo que ahora, como reflexión de lo que sucede en nuestro contexto lo que pasa con las empresas inmobiliarias y de construcción que ofrecen apartamentos un tanto monofuncionales; y es como si durante todo este tiempo las ideas y los principios mínimos de habitabilidad del Movimiento Moderno, se hubieran tergiversado y el legado de las condiciones mínimas y óptimas para habitar de hace cien años, ahora son menos que mínimas e incómodas. La producción en serie y la calculadora han metido tanto las narices en la construcción de viviendas, que lo que se decía llamar Arquitectura de la vivienda se perdió por completo, desde hace unos cincuenta años hasta el tiempo presente, y creería que fue y es aún un fenómeno que se presenta más en Europa, Asia y América. 

Fotograma de Escena de película: Bauhaus, Lotte am Bauhaus
https://lalulula.tv/cine/ficcion/bauhaus (por si la quieren ver y está disponible)

Volviendo al tema, quería enfatizar porque me gustó tanto Sttutgart, específicamente la urbanización Weissenhof, cuando llegué allá, subiendo por varias montañas en un bus y con cierta lejanía del centro urbano, me di cuenta de la importancia del lugar donde se implantarian las diez casas experimentales de la Bauhaus. Al fin, había recorrido las casas, estuve en frente de ellas y admirar la materialidad. Así pude tocarlas, fotografiarlas aunque me faltó dibujarlas pero era el solo hecho de estar allí y caminar, me conmovía. Luego revisando mi bitácora, sentí que igual debí hacerlo al menos con una casa, y si, siendo arquitecta me siento mal por eso (risas) pero me impresionó ver que no eran solo prototipos olvidados o destruidos, (como sucedió con algunas casas durante la Segunda Guerra Mundial), sino que además de haberlos estudiados incesantemente en la Escuela de Arquitectura por donde había pasado unos años atrás; ver las casas habitadas por familias como la mía y la tuya; era más satisfactorio. 

Para concluir, el Movimiento Moderno y su cambio de pensamiento fue parte de la revolución más importante que en términos de vivienda y calidad de vida, logró cambiar la perspectiva del mundo, en su gran mayoría y aún repercute en nuestro estilo de vida. (Desearía poder vivir al menos unos seis meses en algunas de estas casas-máquina). Recuerdo que entré a la Casa Museo de Le Corbusier y Pierre Jeanerette, y poder apreciar cada uno de los cinco principios de la Arquitectura Moderna, por medio del diseño de las famosas casas unifamiliares y los bloques de vivienda multifamiliares. Pasar entre los pilotis (1. columnas) y entrar por el Hall (2. la planta libre) para acceder a la escalera, tocar los muebles y admirar las ventanas corridas (3. Ventana longitudinal) que enmarcan el paisaje y lo traen desde la ciudad, atrapa el horizonte y lo que hay en él para que le pertenezca al habitante y al visitante, y de algún modo a la casa. Ninguna estructura entorpecía la vista de esa gran sala y habitaciones (4. Fachada libre de estructura). Así, pensaba que la arquitectura no tendría sentido, sino habitamos estos lugares con cierta consciencia y valor. Luego subí a la terraza-jardín (5. La cubierta transitable) llena de arbustos y flores, donde recordaba la utopía de la Ciudad Verde, o la Ciudad Jardin de Ebenezer Howard que plasmaban grandes ideas para una ciudad que integraba, sabiamente la naturaleza como parte de la cotidianidad y la vivienda (y esto había sido parte del estudio del urbanismo y la arquitectura en diferentes décadas, casi siempre luego de una guerra o revuelta, o incluso después de las consecuencias de las pestes como la que estamos viviendo con el Coronavirus). 

Luego de que estuve en la terraza, recuerdo que subió un grupo de estudiantes jóvenes  a tomar unas cuantas fotos y talvez sentia que hablaban sobre mi. Si, estaba sola y que, no le veía problema a eso. Tuve una de las conversaciones más profundas conmigo misma y las reflexiones más importantes sobre el habitar mientras daba cada paso dentro de esa casa museo, solo que no era fácil escribirlo en ese instante. Debí hacerlo pero agradezco tener buena memoria para ciertas cosas, no muchas pero al menos todo lo que sentí y vi es digno de ser contado. Podría volver a ver mis fotos e irme de aqui para algun día culminar el relato que he empezado, nos veremos en unos días.

También, es justo reconocer la trascendencia de la arquitectura de todos las épocas cuando logran adecuarse unos proyectos nuevos en función de otros existentes y patrimoniales, esa magnífica fusión entre lo público y lo privado, lo nuevo y lo antiguo, cuando uno se convierte en el otro y todo se puede disfrutar en un mismo lugar como lo es el centro de las ciudades, como lo vi en Stuttgart y otras ciudades europeas. Los Palacios, castillos, centros de ayuntamiento, plazas, centros comerciales, parques y entre otros; cada uno de ellos, tiene una intención única, y que vale la pena reconocer para no olvidarlos. 

Antes de terminar, digo que no es fácil, buscar un pasatiempo en cuarentena mientras miles de personas allá afuera sufren de hambre y desigualdad ahora más que nunca, porque los que mueren del virus (inventado o no) considero que es una muerte injusta, que no la merecían. Porque a algunos se les ocurrió que había sobrepoblación y que eliminar unos cuantos iba a ser mejor, porque quieren imponer sus ideales (para beneficio propio) a costa de un control sobre la humanidad, para que el poder y la codicia son aún peor de aceptadas, sin alternativas de poder contrariar, será como los juegos del hambre. Una batalla por sobrevivir.

Es imposible, no terminar un relato en medio de la cuarentena sin que de alguna manera termine en una reflexión.

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